1.- No sabía donde estaba, sólo sabía que ese ya no era su planeta.
2.- Este era una vez un minicuento tan corto que ya terminó.
3.- Al fin el valiente conejo logro salir de la dimensión perdida dentro del sombrero negro, pero las luces de los focos lo enceguecieron para siempre.
4.- La muy perra no me da de su comida
-pero weón, si debemos tomar leche hasta los 3 meses.
Así los cachorritos recién nacidos discutían sobre su primer paradigma en la tierra.
5.- ¡¡¡Callen a ese weón!!!- Les gritaba Aristóteles a los demás, al ver que ya eran las 6 de la mañana y Platón no dejaba de hablar weas y no dejaba dormir a los presentes que sufrían una caña dionisiaca después de la última tertulia.
6.- ¿A qué estamos jugando?- Preguntó el pequeño Nicolas.
- No sé, los grandes lo llaman amor parece, pero cállate y sigamos jugando- Respondió la pequeña Nicole pegándole pequeños cabezazos en la frente de su compañerito
7.- Siempre el microcuento soñaba en ser una novela, pero sabía que nunca podría serlo, puesto que su escritor solo estudiaba en
En un afán azaroso por actualizar. Subo unos microcuentos que los escribí para
Ahí estoy yo siempre, apoyando o desahuciando a mis amigos. Siempre. Por lo menos ahora tiene un “Deseo de Vivir"
